Los estudiantes de finanzas vemos,
con mucha frecuencia, un concepto llamado los cash flows (o flujos de caja en su traducción al español). Esto se
trata básicamente en el cálculo de las cantidades de dinero que un proyecto
puede generar y una proyección de estas en años futuros.
Una de los rubros más interesantes al
momento de calcular los flujos de caja es el del costo de oportunidad del
proyecto en relación a otros que pudieron ocupar su lugar. En forma de
ilustración, imaginemos una empresa que fabrica un bien X y ahora esta misma
quiere comenzar un proyecto en el cual la misma empresa fabricará un bien Y;
para esto supongamos que necesitará el arriendo de un nuevo edificio. Ahora,
¿cuál es el costo de oportunidad de adquirir este nuevo edificio? Es decir, ¿
qué hubiera sucedido si en lugar de arrendar este nuevo edificio para las
operaciones del nuevo proyecto de la empresa, se lo usaba para ampliar las
labores y mejorar ciertos aspectos del bien X en lugar de comenzar a producir
un bien Y? Contabilicemos esto. ¿No es tan fácil verdad?
Llevemos este razonamiento al tema tan
discutido del Yasuní.
De acuerdo a las cifras que lanzan tanto
analistas como el Gobierno, la cifra estimada de petróleo que habita en el ITT
redondea los 18.000 millones de dólares en términos presentes. Supongo que esta
cifra es neta (es decir ya contabiliza los gastos). Para obtener ese número,
supondría que se usó un método similar a los cash flows para tomar en cuenta tanto ingresos como gastos
relevantes (no costos hundidos ni otros que no tengan que ver con el producto,
en este caso el petróleo) y proyectarlos a una cantidad de años que les parezca
conveniente.
En este análisis tan robusto y detallado
que se debe haber realizado me gustaría que nos mostrasen qué o cuánto pusieron
en el rubro relacionado al costo de oportunidad del proyecto. ¿ Cómo se
contabilizo la pérdida de biodiversidad a cambio de los beneficios económicos?
Cabe decir que no soy ecologista, por lo
que cambiaré de pregunta: ¿Quién, cómo y cuánto contabilizo el costo de
oportunidad que tendrá sobre la sociedad ecuatoriana la inyección de más
recursos petroleros? Dejando el petróleo bajo tierra se crearía en la población
la necesidad de crear e innovar, mientras que sacando el petróleo, la sociedad
ecuatoriana tendrá todavía la “golosina” de todos los días y la herencia de la
revolución ciudadana no quedará en más que alimentar una mentalidad de pobreza
en lugar de su tan ansiado cambio de la matriz productiva.
Finalmente, quiero compartir la siguiente
reflexión: ¿ Acaso los 18.000 millones de USD que nos lanzan día a día engloban
los factores expresados en el párrafo anterior? De ser así, alguno de nuestros
funcionarios que ha de ver realizado el cálculo se merece una condecoración y,
porque no, una posible nominación al Nobel de economía.
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