Por Daniel Baquero*
Las lecciones de vida siempre son bien
recibidas, más aún si se predica con el ejemplo. Los países latinoamericanos
reciben lecciones con ejemplos prácticos, del presidente Maduro y el modelo
puesto en marcha desde hace doce años, de lo que no se debe hacer al momento de
gobernar un país. Si existiese un libro de todas las políticas que no deben
aplicarse, el presidente Maduro seguramente escribiría más que el prólogo. Lo triste es que mientras esto sucede, existe un país de
por medio que sufre de escasez, inflación, violencia, supresión de libertades,
falta de información, por citar unos pocos. La pugna de poderes hoy ha llevado
a Venezuela a una lucha por la supervivencia de la población.
A pesar de que existe un alto precio del
petróleo las cuentas del gobierno venezolano se encuentran en rojo. El
socialismo del siglo XXI, vive en su mundo de retórica y manipulación de las
masas, sin pisar sobre suelo firme. Seguramente la culpa se repartirá entre: la
derecha, la oposición, el imperio, y todos aquellos que no piensen igual al
discurso oficial. Y es que culpar a los demás es, tal vez, la acción más
eficiente que ha llevado a cabo el presidente venezolano y muchos colegas suyos
en la región. Quedan como anécdota sus confusiones, declaraciones fuera de
contexto o revelaciones divinas; cuando el país recibe el veredicto por parte
de la jueza letal e implacable de todo gobierno: la realidad. Ni las alianzas,
reuniones, ideologías, solidaridades, discursos, ALBA´s, ni las redes sociales
regionales; podrán eliminar los efectos negativos de varios años de políticas
que han servido para consolidar un sistema que no es sostenible desde su
concepción.
Al final podrán argumentar que las
políticas de Chávez fueron las que minaron el camino y Maduro enfrentó los
tiempos de cosecha, pero las acciones recientes demuestran que las
culpabilidades ponderadas no alteran el resultado final. El consuelo sería que
el resto de países aprendan la lección, al menos así el precio que pagan los
venezolanos hoy no sería en vano.
Estudiante de economía USFQ
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