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Entendiendo la insatisfacción con la reforma tributaria

 En este post quiero reflexionar sobre la insatisfacción que varios actores tienen hacia la reforma tributaria recientemente aprobada. Hay dos posturas que me han puesto a pensar: Por un lado se defiende la reforma con argumentos relacionados a la redistribución; por otro, los actores que están en contra defienden que el "impacto" (sea lo que sea a lo que se refieran) será fuerte en la clase media.

La principal conclusión de este post es: Si bien una reforma tributaria era necesaria, comprendo (parcialmente al menos) la postura de las personas que están en contra de la misma. 

Mis razones son las siguientes:

Me es difícil pensar que en nuestro sistema tributario se pueda hablar del tradeoff entre eficiencia y equidad (común en economía) porque eso aplicaría en el caso en el cual nuestro sistema sea óptimo en términos de eficiencia. Definitivamente, no lo es. No obstante, eso significa que se puede avanzar en los dos ámbitos al mismo tiempo. En otras palabras, cualquier reforma aplicada a nuestro sistema tributario puede ser eficiente y equitativa al mismo tiempo.

Una reforma tributaria es un intrumento importante del cual hubo una escasa discusión en la sociedad. De hecho este artículo de la USFQ fue el único estudio que vi que analizaba, de la manera más robusta posible, los efectos de la primera propuesta de reforma tributaria. Si bien concluye (y demuestra) que es progresiva, no puede negar el incremento importante de carga tributaria a partir del umbral propuesto por el gobierno.

¿Si pago más, recibo algo a cambio?

La trampa del Estado débil es un fenómeno que está presente. En pocas palabras, puesto que las personas que pagan impuestos no tienen beneficios de la provisión de bienes públicos, no hay incentivo para que se exija al gobierno que haga las cosas bien. Es verdad que la sociedad se beneficia de la externalidad positiva de que la población con escasos recursos reciba salud y educación gratuita. Pero aquí hay un supuesto demasiado fuerte: El gobierno puede tranquilamente proveer bienes públicos de manera escasa e ineficiente, introduciendo economía política al modelo. Puede haber razones clientelares por ejemplo. La correcta provisión de bienes públicos se da en un ambiente de confrontación persistente entre los gobiernos y la sociedad. Pero, ¿Qué sucede si los beneficiarios no tienen incentivos de exigir una mejor calidad de los bienes públicos que reciben? Adicionalmente, en ambientes de alta desigualdad, las personas tendemos a auto proveernos bienes públicos (pagamos por educación, salud y seguridad) ¿Qué incentivos existen para que las personas que se autoproveen bienes públicos exijan una mejor calidad de los mismos? Subir impuestos, en Ecuador, dificilmente es una medida (por si sola) que mejore la calidad de los servicios públicos. 

Caso: Educación

Espero que en este punto esté de acuerdo conmigo que el debate es complejo. Tan complejo que se necesitaba más analisis, tiempo y discusión. En este sección quiero mostrar una tabulación y comentar al respecto:

Voy a usar la encuesta de empleo, desempleo y subempleo (ENEMDU) de diciembre 2016 (creo que un año neutral para los fines de este post). La tabla 1 presenta las proporciones de personas en el percentil uno, cincuenta y cien de ingreso per capita del hogar, y el tipo de establecimiento educativo que asiste (fiscal, privado, municipal), unicamente para hogares que tengan trabajadores en el sector formal. 

Tabla 1


Es importante mencionar que las encuestas de hogares no llegan a los hogares más ricos,  entre los ricos. Seguramente la mayor parte de hogares que pagarían mayores impuestos con la propuesta del gobierno están concentrados, en su gran mayoría, en el percentil 100. ¿Tienen estas personas incentivos para exigir mayor calidad de la educación pública si tres cuartas partes asisten a la educación particular?

Las restricciones del gobierno

El gobierno tiene restricciones, definitamente. Por ahora su apuesta es cerrar un déficit fiscal grande y heredado. Un buen manejo fiscal más acuerdos comerciales es su apuesta para traer capitales. El esfuerzo es gigante y sería importante empezar a hablar acerca de reglas fiscales. Considero que este es un tema que el gobierno debe discutir. 

Conclusiones

La reforma puede ser progresiva y necesaria, pero una discusión de tal importancia se redujo a pocas semanas. La estrategia de comunicación debe venir no solo con redes sociales, pero también con documentos académicos (Sí, académicos) realizados al interior del gobierno que nos permita a los interesados ir a fondo en temas trascendentales.