Muy lejos de apoyar un aparato público enorme, creo firmemente que es de suma importancia que las empresas públicas sean eficientes en sus operaciones. Los recursos con los que operan este tipo de empresas y más aun los recursos que las mantienen en funcionamiento aun a pesar de ineficiencias son generados por todos los ciudadanos por lo que es necesario exigir eficiencia.
Existe una larga lista de beneficios por los que muchas personas se encuentran sumamente deseosas de trabajar en el sector público, entre ellas el horario, el transporte, el estatus, las bonificaciones, etc. Sin embargo hay una brecha entre la motivación por permanecer en el trabajo y la motivación por hacer bien el trabajo. En este sentido es importante plantearse que ya que se conoce cuales son las cosas que motivan a los empleados, esto se debe ligar con la evaluación del rendimiento y el desempeño que tiene cada uno.
En los organismos gubernamentales es sumamente común el pago por antigüedad, es decir los trabajadores que tienen más tiempo en la compañía serán los que reciban un mejor salario (sin mencionar los beneficios que en ocasiones existen con respecto a contratos colectivos y otros "extras" por pertenecer a un sindicato). De esta manera se incentiva la ineficiencia en los trabajadores y no es para nada raro ver a personas ya de avanzada edad que podrían dejar el camino a jóvenes trabajadores aferrados a un puesto de trabajo por una remuneración alta por su antigüedad y una jugosa expectativa de jubilación. Obviamente no se puede juzgar a una persona que se aferre a un puesto de trabajo en estas condiciones pero si es cuestionable que el sistema se maneje así.
Teniendo en cuenta lo anteriormente mencionado, es prudente pedir un cambio en el manejo de las empresas del sector público y necesario sugerir un sistema que vaya más orientado a la administración de empresas ortodoxa. Esto quiere decir que se evalúe todas las posiciones necesarias para el correcto funcionamiento de cada empresa, se realicen claras descripciones de trabajo en las que se incluyan rangos de salario para esas posiciones, así como los requerimientos para poder ocupar dicha posición (esto garantiza que solo las personas calificadas adecuadamente desarrollen los trabajos que requieren cierto grado de conocimiento/especialización), se genere una escala numérica de salarios para que cada posición tenga un nivel adecuado, se cree un sistema de remuneración que incluya pilares importantes como el grado de instrucción relacionada a la posición y el desempeño de cada trabajador. Para que un sistema como el descrito funcione es de imperiosa necesidad crear un sistema de evaluaciones no solo que sea justo pero que genere la percepción de justicia y equidad y que sea eficiente y efectivo.
Una cuestión importante para que se lleve a cabo un cambio como este es el hecho de tener personal capacitado que pueda tomar las riendas de este proyecto. Un problema importante en la implementación podría generarse en la asignación del grupo de personas que lideren este proyecto, pues es importante que alguien que sepa del tema y tenga experiencia y resultados que lo avalen tome la batuta. Con esto quiero decir que no porque sea una empresa de telefonía, por poner un ejemplo al azar, el encargado debe ser un experto en telecomunicaciones, sino por el contrario debe ser una persona que entienda la visión de negocio y crea en un sistema que impulse la productividad.
Las empresas públicas son financiadas con los impuestos de todos, se debería apuntar hacia un camino en el que ese dinero no sea un gasto sino una inversión en el futuro.
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